"Antes del lunes, el chico ni sabía que ella existiera"
Ha llegado a nuestra clase un pequeño ladronzuelo. No roba joyas o dinero. No nos da miedo tampoco, porque este personaje lo que roba es tiempo. Hoy os muestro la actividad que he realizado con mis peques después de la lectura de este magnífico cuento.
De la mano de Nathalie Minne, hemos descubierto la relación que existe entre el tiempo y nuestras propias emociones. Es curioso como, a veces, deseamos que el reloj alcance la velocidad del rayo y otras quisiéramos que los minutos se convirtieran en horas y que el tiempo prácticamente se detuviera.
Así es como nuestro pequeño personaje descubre el sentido de las palabras "ahora", "tarde", "mañana", "temprano", en el momento en que "la descubre". Alguien importante entra en su vida y quiere saberlo todo de ella. La espera hasta su encuentro se hace eterna, el tiempo parecía detenerse y, cuando la miraba, volaba. Por eso, ambos deciden robar un poco de tiempo para ellos solo cada día. Un tiempo valioso que pertenecía solo a ellos dos y que no devolverían jamás.
Una vez realizada la lectura del cuento, hemos hecho una pequeña asamblea. En ella hemos hablado de las veces que nos hubiera gustado que el tiempo pasara rápido, de las ocasiones en las que habríamos deseado que el reloj se detuviera. Hemos apuntado las personas para las que nos gustaría robar tiempo.
¡Algunas respuestas son magníficas!
Después de la asamblea, hemos abierto el cofre. En él había muchos relojes de colores, un poco raros porque no tenían agujas. No eran relojes normales. Eran relojes sin tiempo, y los hemos usado para robar tiempo para nosotros y para compartirlo con alguien especial.
Este cuento es uno de mis favoritos. Ya conocimos ha este pequeño ladronzuelo en "El ladrón de palabras" (otra gran recomendación). Os dejo para descargar los "relojes robatiempo"
¡ESPERO QUE OS GUSTE!
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